El Economista
El destino juega con las personas y yo no fui la excepción,
De repente tú llegaste a mi vida cuando todo empieza a mejorar,
Decidiste acercarte y preguntar,
Siempre tan optimista y con una dulce sonrisa.
Me mirabas con curiosidad, con asombro e ilusión,
Me percataba de como me veías,
de que te gustaba y eso me hacía feliz,
pero como siempre me digo: No, eso es imposible.
Así que casi nunca me acerqué a tí,
De repente cruzabamos miradas cálidas,
Hasta que decidiste ser valiente e ir por mí.
Caminando nos empezamos a conocer,
Riendo me dí cuenta de tus intenciones,
Cuando me diste la mano para cruzar la calle,
sentí una enorme explosión de emociones dentro de mí.
Cuando decidiste luchar por mí,
yo puse barreras para que nadie más entrara a mi corazón,
pues sigue ocupado por el que un día me devolvió la vida,
Así que empecé a poner muchos más pretextos.
Pero entonces tú, no te diste por vencido
y me robaste un beso,
Yo no quería, pero acabe cediendo,
pero extrañamente quería ceder.
Diste argumentos tan fuertes,
que tienes razón,
todavía estoy tan adolorida por la experiencia pasada,
que necesito borrarla.
Tú te ofreciste libremente a ser quien la borre,
no será nada fácil, pues aunque te beso a tí,
sigo esperando que cuando abra los ojos,
encuentre al analista.
Incluso hasta estás dispuesto a que te utilice,
pero sabes, no lo haré,
porque a mi me utilizaron y se siente muy feo,
así que prometo respetarte.
Tus abrazos, tus besos, tu forma de acariciarme,
de consentirme, de decirme chiquita,
es tan tierna y libre que haces que se borre
de mi alma la amargura que traía.
Despiertas a la niña tierna,
A la mujer madura,
A quien quiere lograr sus objetivos con tus ganas
de seguir aprendiendo y viviendo.
Me estás recordando mis sueños,
otra manera de ver la vida,
Espero que la libertad en la que estamos
nos permite seguir cultivando está relación.
Aún no sé que sombra hay detrás de esto,
pero eso es lo bueno, pues así juntos
iremos descubriéndonos.
Tengo afecto por tí,
Gracias le doy al destino,
por empeñarse en juntarnos,
Ahora estoy en tus manos,
borra aquel que un día estuvo a mi lado
y si no se borrase,
yo hare el intento por borrarlo para tener tu
dulce compañía.
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