Trascendiendo

Me gusta la nueva forma en que miro la vida,
ahora a pesar de estar muy deprimida y triste,
sólo logro estarlo por una semana o por 2 o 3 días,
cosa que antes ya era crónico.

Hoy ya me doy cuenta de lo que pasa a mi alrededor,
a veces es bastante claro  y otras aún es borroso,
pero igual lo máximo que me dura lo borroso es
una semana o tres días.

Las ganas de morir van y vienen,
aún esas no las he logrado disminuir,
pero me agrada poder estar lidiando con ellas.

Ahora escribo, me muevo, me río,
me animo a salir,
ya empecé  a salir los domingos,
ya salí del encierro.

Empecé a ver lo bonito de la vida,
empecé a disfrutar el sabor amargo y dulce
de la vida, ahora quiero arriesgarme a vivir,
aunque a veces todavía desee morir.

Dejé de preocuparme por lo que mis padres opinan,
de todas formas no les daré gusto con nada,
dejé de preocuparme por lo que mis hermanos dicen,
pues de todas formas no hay porque esperar a que ellos lo acepten.

Yo comienzo a hacer lo que me gusta,
eso me está "sanando" al parecer,
lo único que me queda es seguir haciendo mi registro de comida,
para seguir aprendiendo a comer.

Sigo al pendiente de mis emociones, porque aún
de repente se apoderan de mí y no alcanzo a ver cosas,
pero de luego otra vez lo veo menos intenso,
voy despacio recuperando la fe en mí.

¿cómo lo logré?
Llendo a terapia, a nutrióloga y a la doctora,
son 13 años viviendo con el trastorno de la conducta alimentaria,
y 3 años en tratamiento con nutrióloga, casi 4 años de tratamiento
con el psicólogo y como 3 años con mi doctora.

El enfrentar tantas emociones ocultas,
me dio miedo pues sentía que me mataría,
pero al sentir el dolor real de lo que me pasaba,
me ayudó a empezar a estar mejor y no  nada más
a sentirme mejor.

Ahora siento que estoy subiendo poco a poco,
del pozo negro del que me encontraba,
del que me aventaba cada vez que no quería
ver la realidad.

Ahora puedo dosificar todas mis emociones,
sin ocultarlas y es lo máximo sentir, porque
es el recuerdo de estar viva.