Esperanza

De verdad que intento no morir,
quiero prometerle a quien me escucha por 2 veces a la semana,
que efectivamente no me rendiré...
pero no puedo, porque se me fueron las fuerzas.

Se está extinguiendo el fuego que sentía otra vez,
se está haciendo arena mi corazón,
se está volviendo cenizas mi razón,
se está durmiendo mi espíritu
y mi alma ya no quiere sentir.

Las lágrimas se han secado ya no pueden salir,
quisiera poder hacer un río en mi cuarto y asi
perderme en él; sin embargo, mis ojos
se han puesto en huelga de tanto llorar.

No sé qué más hacer para sentirme diferente,
tengo apatía,
aunque mi madre dice que es flojera,
tengo rebeldía aunque me dicen que me gusta llevar la contra.

Tengo hambre y la ignoro,
Estoy cansada y hago más actividades,
Me duele la cabeza y me tomo muchos analgésicos,
sabiendo que me lastiman...

Soy autodestructiva...
he de admitirlo.
Pero si no es así, no habría vivido 25 años...
y ya es cansado.

Creo que nadie debería de confiar en mí cuando me preguntan:
¿Cómo estás?
y yo respondo que bien, porque no lo estoy,
solo estoy respondiendo cortesmente para que no les moleste.

Creo que Lola ha decidido morir,
Me volví a cortar, me volví a lastimar,
volví a anularme por darle gusto a mis padres...
volví a mi vida de porquería que no quería...

Regresó mi forma autodestructiva y no cesará,
hasta que pueda salirme de casa
o bien, hasta que logre mandarme a la tumba...