Cuento

Dentro de un castillo que es ordenado, limpio,
con una vista agradable por fuera,
lleno de jardínes de colores,
y con bastante luz,
se encuentra dentro una princesa.

Ella como todos los días se despierta,
después de haber tenido las más maravillosas pesadillas
y los más terribles sueños hermosos que pudo tener,
donde la realidad, supera la irrealidad...

Entonces, se levanta y se viste con su lindo vestido,
de color miel y rosa pastel,
empieza a andar por todo su castillo con pasos firmes,
hace lo que toda princesa debe hacer:

Sonreír a pesar de que quiere llorar,
Poner buena cara ante la opinión de la reina con respecto a su peso,
Responder amablemente que entonces empezará una nueva dieta,
Y ocultarle a la reina que cada vez que puede no come para que vea su avance,
pero parece que no ve nada...

La reina ha estado bastante calmada,
pues la princesa se ha portado bien,
obedece las reglas que ha puesto,
no ha intentado matar a su padre con sustos...

Hasta ya no vomita el desayuno, solo ha dejado de comer mucho,
Se ha dedicado con pasión a sus clases reales,
tanto que luego no le da tiempo de comer,
También dejó el trabajo que tenía porque la cansaba mucho,
pero ya no trata de decirle más a la reina lo mal de salud que está,
porque no se resuelve nada.

Lo único que mantiene viva a la princesa,
es su amigo principe ana,
que cada que puede la invita a pasear por los jardines reales,
platicar con él le gusta mucho porque la entiende.

Otra parte que la hace sentirse viva,
es que cada semana se escapa del castillo
para conversar con un hechicero que le ha ayudado
a romper los diferentes obstáculos con la reina.

Sin embargo, se sigue sintiendo completamente SOLA,
ya no sabe que más hacer para dejar de sentirse así,
Ni el hechicero ha podido dar con la pósima correcta,
ni su amigo príncipe ana ha logrado hacerla sentir menos sola.

Ella sabe que no es cuestión de pósimas,
ni de amigos o cambio de ellos...
solamente que ese vacío está presente y no sabe como
hacerlo parte de ella sin que el vacío la lleve al infinito...