Deseo

No pude evitar la necesidad de sentirte cerca de mí,
Día a día esperaba tu regreso,
escuchando meet me halfway te recordaba,
repitiendome que no quiero repetir errores pasados contigo,
imaginando sí tú te acordarías de mí en tu viaje,
todo eso me imagine cuando dijiste que partirías.

El día de tu partida te busqué para darte una caja,
la cual contenía todas mis ilusiones, esperanzas,
sentimientos cálidos que por tí yo sentía,
todo eso era puro, delicado, con sabor a chocolate,
puse mi mejor esfuerzo en hacerlo,
me halago que solo llegaras a la clase por tu regalo.

Y entonces cuando te fuiste,
me quedé sola en el abismo,
no sabía como actuar,
tú, parece ser que eres tan independiente,
que nada te perturba, que quiero ser como tú.

Así que intentando no sentirme vacía,
comencé a querer imitarte,
y dejame decirte que no lo logré del todo,
creo que  tome muchas decisiones malas.

Y con ellas perdí mi pureza,
que sentía que era para tí,
no sé como recuperarla,
tal vez ya jamás regrese;
aunque, el amor que por tí siento sigue siendo el mismo.

Me gusta tu profundidad,
tu misterio,
tu cortesía seca,
tu pensamiento me hipnotiza,
tus palabras interesantes que me hacen querer ser más culta.

Me encantan tus ojos, la forma en que portas esos lentes,
que te hacen ver muy niño,
tu suéter de color café me gusta y no sé porqué, si es simple,
a mí solo me gustan los colores chillones o tristes, pero
ese en particular es diferente.

Cuando te enojas me gustas más,
Cuando estás deprimido me asusta no poder ayudar,
pero entiendo que eres adulto ya,
aparte de que me lo recuerdas.

Aún no logró encontrar un poco más de defectos,
pero aún así me gustas con todo y ellos.

Ahora que regresaste despertaste a Afrodita,
o ella me despertó a mí, porque sino no me explico
de otra forma el deseo que siento por tí.

Pero antes que eso, me devolviste la sonrisa,
la calidez, la alegría que me habían arrebatado,
me hiciste sentir querida,
prendiste la chispa que desvanecía,
con tan sólo un detalle.

Hoy solo espero que el destino,
nos junte como lo ha hecho desde el primer día en que te conocí.

¿Quién diría que volvería a sentir una marea de emociones por tí?